Se trata de un elemento importante para la prevención de enfermedades. Pensamos que todas las personas deben tener una idea clara y asertiva de qué es y cómo realizar una alimentación saludable.

La asesoría nutricional es necesaria para todos, ya sea que tienes un peso corporal adecuado, si eres padre o madre de hijos menores de edad, si tienes alguna enfermedad crónica como sobrepeso, obesidad, diabetes, hipertensión, cáncer o enfermedad cardiovascular y cualquier complicación relacionada. Nuestra misión es enfocarnos en la prevención primaria o secundaria, que significa que puedes estar sano y quieres prevenir, o bien, que ya tienes un padecimiento y quieres evitar complicaciones.

El tratamiento de la obesidad requiere un equipo multidisciplinar de internistas, cardiólogos, psicólogos y nutriólogos. Cada uno de ellos, con su propia especialidad, puede contribuir al manejo de las comorbilidades metabólicas y también debe orientar sus recomendaciones hacia la mejora del estilo de vida asegurando una dieta saludable, actividad física y la ausencia de consumo de tabaco y alcohol en la vida diaria.

Comenzamos el tratamiento con un diagnóstico bien fundamentado, que incluye una evaluación clínica, dietética y bioquímica. Nos ajustamos al protocolo de la Organización Mundial de la Salud para la atención de la obesidad, es decir, nos centramos en promover cambios de actitud, empezando por una educación nutricional que fomente hábitos saludables, como la elección de alimentos adecuados, y el énfasis en la actividad física diaria. La ventaja de nuestro enfoque es que el programa aprendido permite una prevención sostenible, a diferencia de otras intervenciones que se centran en el uso de fármacos para curar un problema de comportamiento. 

Mediante la asesoría y la enseñanza de conceptos de alimentación saludable, los pacientes son capaces de cambiar, crear y mantener hábitos de alimentación y actividad física saludables. Los temas de consulta se centran en la lectura de las etiquetas, las sustancias tóxicas en los alimentos, las características y los principios de una alimentación sana, el diseño de planes alimentarios individuales y los programas de actividad física.

Desde el primer contacto, los pacientes comienzan su tratamiento con recomendaciones claras e impresas. También fomentamos la comunicación, ya sea por correo electrónico, Whatsapp o teléfono, para que los pacientes reciban una comunicación adaptada a sus necesidades.

La diabetes es una enfermedad crónica que se caracteriza por los niveles elevados de azúcar en la sangre. Si estos niveles se mantienen elevados durante un periodo prolongado, surgen otras complicaciones, como ceguera, insuficiencia renal, impotencia sexual y amputación. La diabetes es la principal causa de muerte en México y causó 83 000 muertes en 2010. El tratamiento de la diabetes se centra en mantener los niveles adecuados de azúcar en sangre mediante una alimentación sana, el control del peso, el ejercicio y la reducción del consumo de alcohol y tabaco. Los pacientes que controlan su enfermedad evitan complicaciones, se sienten mejor, tienen menos visitas al médico y necesitan menos dosis de medicamentos.

La hipertensión es una enfermedad que se caracteriza por un aumento anormal de la presión arterial. Esta alteración afecta o daña los pequeños vasos sanguíneos y provoca daños graves e irreversibles en el cerebro y el corazón, así como insuficiencia renal a largo plazo, aneurismas, diabetes y otros trastornos metabólicos.

Los síntomas más comunes de la hipertensión arterial son dolores de cabeza, falta de aire, mareos, dolor en el pecho, taquicardia o palpitaciones, ansiedad y hemorragias nasales. En México, el 25 por ciento de los adultos padece hipertensión arterial, de los cuales casi la mitad ignora que la sufre y, por tanto, carece de la atención adecuada.

El tratamiento para esta afección consiste en mantener la presión arterial en un nivel correcto mediante una dieta sana, la conservación de un peso saludable, el ejercicio físico, la reducción del consumo de alcohol y tabaco y la toma de la medicación prescrita.

Los pacientes que se controlan evitan complicaciones, se sienten y viven mejor.

El ejemplo de los padres es la parte más importante de la educación, para que los niños aprendan hábitos de higiene, convivencia y nutrición. Si los padres desconocen las necesidades nutricionales en cada etapa de la vida, los niños pueden sufrir malnutrición, sobrepeso u obesidad, aparición temprana de diabetes y otros problemas relacionados con la dieta.

Nosotros podemos asesorarle, evaluar a sus hijos y ayudarle a elegir el mejor plan de alimentación para que ellos se desarrollen correctamente.

Nuestro protocolo de evaluación tiene como objetivo identificar los factores de riesgo asociados a las enfermedades crónicas. La evaluación incluye la dieta, la antropometría (medidas corporales), la actividad física, la historia clínica y la bioquímica en sangre.  El diagnóstico se realiza a partir del análisis de los datos obtenidos.

Con base en los criterios de la Norma Oficial Mexicana y los estándares internacionales, se determina el grado de sobrepeso y obesidad, si existe una alteración en los niveles de azúcar en la sangre, si hay riesgo de diabetes o si el paciente tiene suficiente control de la diabetes o la hipertensión. También se indica el estado de salud cardiovascular y el riesgo de enfermedad a mediano plazo con base en el perfil actual.

Las recomendaciones que proporcionamos en forma impresa constituyen una serie de estrategias, por ejemplo, sobre nutrición, actividad física o, si es necesario, sugerencias para consultar a otros especialistas.

El tratamiento de la obesidad requiere un equipo multidisciplinar de internistas, cardiólogos, psicólogos y nutriólogos. Cada uno de ellos, con su propia especialidad, puede contribuir al manejo de las comorbilidades metabólicas y también debe orientar sus recomendaciones hacia la mejora del estilo de vida asegurando una dieta saludable, actividad física y la ausencia de consumo de tabaco y alcohol en la vida diaria.

Comenzamos el tratamiento con un diagnóstico bien fundamentado, que incluye una evaluación clínica, dietética y bioquímica. Nos ajustamos al protocolo de la Organización Mundial de la Salud para la atención de la obesidad, es decir, nos centramos en promover cambios de actitud, empezando por una educación nutricional que fomente hábitos saludables, como la elección de alimentos adecuados, y el énfasis en la actividad física diaria. La ventaja de nuestro enfoque es que el programa aprendido permite una prevención sostenible, a diferencia de otras intervenciones que se centran en el uso de fármacos para curar un problema de comportamiento. 

Mediante la asesoría y la enseñanza de conceptos de alimentación saludable, los pacientes son capaces de cambiar, crear y mantener hábitos de alimentación y actividad física saludables. Los temas de consulta se centran en la lectura de las etiquetas, las sustancias tóxicas en los alimentos, las características y los principios de una alimentación sana, el diseño de planes alimentarios individuales y los programas de actividad física.

Desde el primer contacto, los pacientes comienzan su tratamiento con recomendaciones claras e impresas. También fomentamos la comunicación, ya sea por correo electrónico, Whatsapp o teléfono, para que los pacientes reciban una comunicación adaptada a sus necesidades.

La diabetes es una enfermedad crónica que se caracteriza por los niveles elevados de azúcar en la sangre. Si estos niveles se mantienen elevados durante un periodo prolongado, surgen otras complicaciones, como ceguera, insuficiencia renal, impotencia sexual y amputación. La diabetes es la principal causa de muerte en México y causó 83 000 muertes en 2010. El tratamiento de la diabetes se centra en mantener los niveles adecuados de azúcar en sangre mediante una alimentación sana, el control del peso, el ejercicio y la reducción del consumo de alcohol y tabaco. Los pacientes que controlan su enfermedad evitan complicaciones, se sienten mejor, tienen menos visitas al médico y necesitan menos dosis de medicamentos.

La hipertensión es una enfermedad que se caracteriza por un aumento anormal de la presión arterial. Esta alteración afecta o daña los pequeños vasos sanguíneos y provoca daños graves e irreversibles en el cerebro y el corazón, así como insuficiencia renal a largo plazo, aneurismas, diabetes y otros trastornos metabólicos.

Los síntomas más comunes de la hipertensión arterial son dolores de cabeza, falta de aire, mareos, dolor en el pecho, taquicardia o palpitaciones, ansiedad y hemorragias nasales. En México, el 25 por ciento de los adultos padece hipertensión arterial, de los cuales casi la mitad ignora que la sufre y, por tanto, carece de la atención adecuada.

El tratamiento para esta afección consiste en mantener la presión arterial en un nivel correcto mediante una dieta sana, la conservación de un peso saludable, el ejercicio físico, la reducción del consumo de alcohol y tabaco y la toma de la medicación prescrita.

Los pacientes que se controlan evitan complicaciones, se sienten y viven mejor.

El ejemplo de los padres es la parte más importante de la educación, para que los niños aprendan hábitos de higiene, convivencia y nutrición. Si los padres desconocen las necesidades nutricionales en cada etapa de la vida, los niños pueden sufrir malnutrición, sobrepeso u obesidad, aparición temprana de diabetes y otros problemas relacionados con la dieta.

Nosotros podemos asesorarle, evaluar a sus hijos y ayudarle a elegir el mejor plan de alimentación para que ellos se desarrollen correctamente.

Nuestro protocolo de evaluación tiene como objetivo identificar los factores de riesgo asociados a las enfermedades crónicas. La evaluación incluye la dieta, la antropometría (medidas corporales), la actividad física, la historia clínica y la bioquímica en sangre.  El diagnóstico se realiza a partir del análisis de los datos obtenidos.

Con base en los criterios de la Norma Oficial Mexicana y los estándares internacionales, se determina el grado de sobrepeso y obesidad, si existe una alteración en los niveles de azúcar en la sangre, si hay riesgo de diabetes o si el paciente tiene suficiente control de la diabetes o la hipertensión. También se indica el estado de salud cardiovascular y el riesgo de enfermedad a mediano plazo con base en el perfil actual.

Las recomendaciones que proporcionamos en forma impresa constituyen una serie de estrategias, por ejemplo, sobre nutrición, actividad física o, si es necesario, sugerencias para consultar a otros especialistas.

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